¿Engordamos lo mismo por el día que por la noche?

Resolviendo dudas

En la consulta de nutrición, son muchas las cuestiones que recibimos diariamente por parte de nuestros pacientes. También, por gente interesada en diferentes ámbitos que plantean cuestiones sobre nutrición.

En muchas ocasiones, las preguntas se suelen repetir, ya que son muchos los mitos de la nutrición que han ido apareciendo durante años.

Hoy resolveremos las dudas de: ¿engordamos lo mismo por el día que por la noche?, por eso, presta especial atención…

Entremos en detalles

Esta pregunta toma protagonismo muchas veces, pero, ¿ por qué?. “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Hemos escuchado esta firmación en multitud de ocasiones, incluso por parte de médicos, endocrinos, nutricionistas… A día de hoy, la seguimos escuchando.

¿Existe un horario de comidas ideal?. ¿Hay alimentos prohibidos por la noche?, ¿y por el día?

La cierto es que, el problema no suele ser el cuándo, sino el qué. Siguiendo la afirmación comentada anteriormente, podríamos desayunar diariamente unas napolitanas rellenas de chocolate, tostadas con mantequilla y mermelada y nuestro cacao azúcarado. Eso sí, olvidate de la fruta después de cenar, o incluso mucho peor, nada de hidratos a partir de las 18:00h.

Claro que sí, todo con mucho sentido, ¿verdad?

Lo cierto, es que, por supuesto que habría que renunciar a ciertos alimentos en la cena, exactamente los mismos a los que deberíamos renunciar ingerir en el resto de comidas del día. En pocas palabras, no hay que renunciar a »x» alimentos por ser la cena, aunque esto, claro está, se debería analizar de manera personalizada con cada persona en concreto.

¿Qué deberíamos comer entonces en la cena?. Si queremos descansar adecuadamente, lo único que tendríamos que tener en cuenta, es no realizar una ingesta muy abundante y copiosa.

Actualmente, no hay estudios concluyentes que afirmen que los hidratos de carbono se almacenan más rapidamente en grasa por la noche. Muchos estudios afirman que a igualdad de calorías las personas que comen hidratos de carbono en la cena no engordan, y los que no comen, no adelgazan.

Uno de los mayores mitos de la alimentación es este, el que afirma que como después de cenar, lo normal es irse a dormir, los hidratos de carbono, como se absorben más rapidamente pudiendo obtener su energía de manera más rápida, nuestro cuerpo durmiendo no tiene que gastar esa energía, por lo tanto, la va almacenar y lo hará en forma de grasa, aumentando por lo tanto nuestro peso total.

Por el contrario, si no tomamos esos hidratos de carbono en la cena, nuestro cuerpo utilizará nuestras reservas hasta la próxima ingesta, que de normal suele ser el desayuno, facilitando la pérdida de peso.

Cuando hablamos sobre comer por el día o por la noche, entra a tomar protagonismo un concepto nuevo para muchos, los ritmos circadianos.

Ritmos Circadianos

¿De qué se trata?

Los ritmos circadianos son nuestro reloj interno. Se sincroniza principalmente por el ciclo de luz y oscuridad, las interacciones sociales, la alimentación y el ejercicio físico. Este regula la producción de diversas hormonas a lo largo del ciclo de 24 horas.

Como hemos comentado anteriormente, al hablar sobre si engordamos lo mismo por el día que por la noche, los ritmos circadianos toman protagonismo. Es decir, ciertos nutrientes de los alimentos, pueden asimilarse de diferente manera según el momento del día en el que lo estemos ingiriendo.

Antes de nada, dejar claro que, como hemos comentado, si un yogur me aporta 50 calorías en el desayuno, me aportará las mismas calorías por la noche, esto es importante para entender cómo funcionan los ritmos circadianos en la alimentación, es decir, la crononutrición.

Si que es cierto que, aunque aún necesitamos mucha bibliografía científica para afirmar cómo los relojes biológicos afectan en la nutrición, existe una mayor resistencia a la insulina por la noche que por el día, haciendo que determinadas comidas, sobre todo las ricas en hidratos de carbono, se metabolicen peor.

A pesar de ello, para afirmar que un individuo »enogrda» más por la noche que por el día, debido a que existe mayor resistencia a la insulina, se necesita mucho más de sus hábitos y de su día a día que lo come únicamente por la noche.

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